El conjunto valenciano deja buenas sensaciones en el cierre del año para cerrarlo en la zona de salvación y conseguir una diferencia de goles de ensueño ante un rival directo.
Imagen del encuentro entre Sagunto y Villa de Aranda | Foto: Cayetana Bazaco
La necesidad de puntuar y coger vuelo llamaba a ambos equipos en un partido que ha tenido que reubicarse tres veces en lo que va de liga (tras el contagio de coronavirus de ambos equipos). El conjunto visitante vuelve a salir sin conseguir romper su mala racha en la liga Sacyr.
El partido arrancó con la iniciativa del conjunto saguntino, los cuales, sabedores de las exigencias de este tipo de encuentros, partieron con una defensa férrea para poder buscar el lanzamiento exterior en los primeros compases. Los arandinos por su parte no se quedaron atrás, la amalgama de lanzamientos de los valencianos, les obligaba a juntar más sus líneas y disuadir para frenar las razias del equipo de Nogués.
Parecía que las alternativas de Nogués y Suárez para cerrar filas y suplir a sus capitanes de las 6-0 (G. Carou por parte de Sagunto y V. Mejías por parte de Aranda) funcionaba a la perfección en los primeros cinco minutos (2-2) y los centrales de ambos equipos, enmarañados, en busca del salvavidas de exteriores o de sus respectivos pivotes.
Las defensas y los porteros disimulaban en los primeros diez minutos la explosión directa de lo que desde fuera se puede apodar como "balonmano directo". No había tiempo para respirar, uno y otro equipo buscaba correr para encontrar el cansancio en el área rival, pero aquí las limitaciones de efectividad del equipo burgalés comenzaban a aparecer. No era el día de conexión con su director de orquesta, el brasileño Matheus de Novais y no le llegaban los balones a Javi García. Suaréz, que comenzó a ver la noche poco estrellada y con alguna complicación, fue el pionero en pedir tiempo muerto a los suyos en el minuto doce. Los ajustes consiguieron mantener ligado al conjunto burgalés que a pesar de verse atascado en el ataque posicional y con un cambio total de su primera línea (de jugadores más penetradores a la búsqueda de lanzamiento exterior).
Puerto Sagunto llevaba la batuta del partido. Los valencianos conseguían robar balones, no tenía errores forzados y los lanzamientos de Corzo y Pomeranz daban tranquilidad a los más de 150 gargantas que se daban cita en la fiesta navideña del Ovni. Nueva reacción de Suarez que en el minuto veinte tenía de nuevo que pedir tiempo muerto. Los locales comenzaban a abrir brecha con 4 goles de diferencia y parecía que no había reacción visitante, pero la falta de recursos no permitía a los amarillos poder cerrar la herida.
Los locales acertaban una y otra vez frente a la portería ribereña y si no lo hacían, se encontraban con un rechace de cara y si no, las precipitaciones del rival le facilitaban la posesión. Sagunto subía la intensidad defensiva y Aranda tenía muchas complicaciones, pero de repente, roja para Camacho al filo del descanso (con seis goles favorables a los locales). ¿Sería posible la igualdad en la segunda mitad?
Lance del encuentro | Foto: Cayetana Bazaco
No fue muy prolífero el arranque de la segunda mitad para el conjunto burgalés. Aprovechó la superioridad para reducir a cinco la desventaja, las precipitaciones a lo largo de los minutos y la poca efectividad en ataque (además de los desajustes defensivos), no le permitieron poder llegar con vida al final de la contienda.
Los puntos eran vitales en el objetivo de los de Nogués y pasada la mitad de la segunda parte parecía objetivo cumplido. Era el propio entrenador valenciano el que pedía tiempo muerto para pedirle a los suyos la máxima diferencia del partido con vistas a posibles empates dentro de la clasificación. El encuentro siguió con un alto ritmo de competición a pesar del cansancio de ambos equipos, pero las diferencias se estancaron entre los siete y los diez goles entre ambos equipos.
Final del partido y final de balonmano en 2020 para ambos equipos. Largo parón para ambos clubs que necesitan tomarse un buen respiro después de la cantidad de partidos en las últimas semanas y las amplias bajas en sus plantillas. Aranda sigue con vida en la clasificación y quién sabe, si algún retoque en la dirección del juego o algún refuerzo pueda ayudarles a dar el plus necesario para volver a llamar a la inquietud de los equipos perseguidores. Por su parte, Sagunto cierra el año de la mejor manera posible, ha conseguido regalar un triunfo que vale oro a los 150 incondicionales que se dieron cita por fin en el templo de la magia valenciana y quedarse en la salvación momentánea hasta que en el 2021 vuelva a sonar el pitido arbitral.
Imagen del pabellón Internúcleos de P. Sagunto en el encuentro | Foto: Cayetana Bazaco
Ficha técnica:
35 - Fertiberia Puerto Sagunto (19+16): Franzini (Guitart) (p); Mirallave (2), Querin (3), Gil (3), Corzo (4), Óscar García (2), Pozzer (5); Miralles (1), Camacho (2), Aizen (3), Pomeranz (8), Kozina (2)
26 - Blasgón y Bodegas Ceres Villa de Aranda (13+13): Luis de Vega (p); Leonel Costa (4), Negrete (3), Nicolás López (1), Juande Linares (5), Llorens, Elustondo (2); Sukic (2), Javier García (3), Cunha (1), Matheus (5).
Parciales cada cinco minutos: 2-2, 5-4, 9-8, 12-9, 16-10, 19-13 (descanso) 20-15, 23-16, 26-17, 28-20, 31-22 y 35-26 (final).
Árbitros: Macías de Paz y Ruiz Vergara. Excluyeron a Sukic (2) y Matheus por parte del Villa de Aranda y de Puerto Sagunto expulsaron a Camacho y excluyeron a Miralles, Querin (2), Aizen y Kozina (2).
Incidencias: Encuentro atrasado correspondiente a la jornada nº 6 de la Liga Sacyr ASOBAL celebrado en el Pabellón Internúcleos ante 150 espectadores.
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