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  • Foto del escritorGuillermo de Marcos

La fe de Torrelavega vuelve a aparecer en Aranda

El balonmano regresó al Príncipe de Asturias de Aranda de Duero tras seis meses de espera. Lo hizo con un vibrante encuentro entre dos equipos que se dejaron la piel en la pista para firmar un empate muy trabajado y que recompensó la firmeza del conjunto cántabro (28-28).


Lanzamiento directo a portería en la última acción de la primera parte | Foto: Pasión Balonmano


Lejos de parecerse a la habitual caldera de no hace tanto pero con la presencia de unos trescientos aficionados ribereños (con las pertinentes medidas de seguridad), volvió la magia del balonmano al Pabellón Príncipe de Asturias. Y es que el partido de amistoso tuvo lo justo y necesario. Había ganas de competir y Villa de Aranda y Torrelavega lo iban a demostrar en el 40x20.


El equipo de División de Honor Plata salió aguerrido y planteándole dificultades a los locales en el ataque estático. Con paciencia y sin precipitaciones alcanzaban los primeros tantos los de Álex Mozas, que castigaban el agarrotamiento arandino en los compases iniciales de contienda. Sin embargo, pronto iba a explotar el equipo castellano-leonés la opción del contraataque. El aumento de intensidad defensiva y las galopadas de Pavle Banduka, perfecto también en la finalización desde el extremo, abrían la primera diferencia en el marcador del Príncipe (9-6).


La rotación del conjunto amarillo permitió apretar el electrónico por parte visitante, aunque la tónica del primer tiempo siempre dejaba un margen de superioridad del equipo de Alberto Suárez. El primer acto se cerraba con ventaja cómoda del Villa de Aranda, que daba la sensación de tener el choque controlado (15-12).


El premio a la insistencia


El paso por vestuarios espoleó a Torrelavega, decidido a plantar batalla hasta el final. Los cántabros se mostraron muy compactos y no dejaban que el partido se rompiera por parte local. Un efectivo Alonso Moreno desde los siete metros y el acierto de hombres como José Carlos Hernández y David García en los extremos cimentaron la reacción cántabra (20-19).


Ataque estático del Villa de Aranda ante Torrelavega | Foto: Pasión Balonmano


Fue entonces cuando regresó la mejor versión amarilla, encontrando el acierto de Sukic desde los nueve metros. El marcador volvía a tornarse de color local (25-21), pero el equipo de Mozas no se rinde fácilmente. Acto seguido la escuadra naranja castigó las exclusiones arandinas y firmó un parcial de 0-5 que le puso por delante en la entrada del tramo decisivo de partido (25-26).


El encuentro era una moneda al aire, y el intercambio de tantos palpable hasta el final de los sesenta minutos. Sukic puso por delante al Villa de Aranda, pero de nuevo Alonso hizo gala de sus nervios de acero para equilibrar y certificar el definitivo 28-28 desde los siete metros. Misma fe y mismo resultado que la pasada temporada en Aranda de un Torrelavega que le tiene cogida la medida a los ribereños, aunque esta vez fuese en un amistoso de pretemporada. Ahora llega el momento de la verdad.

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