España cae contra Brasil. Adiós al mundial con la frente alta y con un futuro prometedor a medio plazo. Los hispanos han afrontada su última batalla con dignidad demostrando que es un equipo que nunca se rinde.
España cerró su participación en el Mundial con una ajustada derrota ante Brasil (25-26), acumulando cuatro partidos seguidos sin ganar y tres derrotas consecutivas, algo que no ocurría desde 2009. El equipo dirigido por Jordi Ribera apostó por los jóvenes en su último partido, pero no fue suficiente para superar a una sólida Brasil, que controló el ritmo del encuentro y castigó los errores españoles. Los brasileños, ya clasificados para cuartos, mostraron su calidad y aseguraron el liderato del grupo.
Para los Hispanos, este Mundial es un desarrollo importante de cara a las futuras citas de una selección renovada a pesar de quedar finalmente penúltimo en la Main Round, superando a Chile.

Primera Parte: La Juventud Española y el Control Brasileño
Desde el inicio del encuentro, quedó claro que España salía al parqué con una estrategia diferente. Jordi Ribera, el seleccionador español, apostó por dar minutos a los jugadores jóvenes, buscando experiencia para el futuro. Figuras como Jan Gurri y Daniel Fernández lideraron el ataque, mientras que la defensa española trataba de ajustarse al dinamismo de los brasileños.
Brasil, por su parte, mostró una enorme seguridad desde el primer minuto. Sin la presión de buscar el resultado, los brasileños jugaron con fluidez y confianza. Rudolph Hackbarth, infalible desde los siete metros, y Hugo Monte, con su capacidad para romper líneas defensivas, fueron los líderes de un ataque brasileño que aprovechó cada fallo español. Las rápidas transiciones y los contragolpes fueron el arma principal de Brasil, que castigó la pérdida de balones de los Hispanos con goles fáciles.
España mostró destellos de calidad, especialmente en la conexión entre Petar y Djordie pero la falta de contundencia en la definición fue un problema constante. Además, el portero brasileño Mateus Martins (sí, un portero con una actuación clave) detuvo varios lanzamientos clave que evitaron que España se acercara en el marcador. Al descanso, el resultado reflejaba un claro dominio brasileño (13-14), con España mostrando más ganas que efectividad.
Segunda Parte: La Experiencia de Brasil Marca la Diferencia
La segunda mitad comenzó con un cambio de actitud de los jóvenes españoles, quienes salieron al ataque con más decisión. Sin embargo, Brasil, liderada por la experiencia de jugadores como Acacio, supo controlar el ritmo del partido. Los españoles lograron acercarse en el marcador gracias a algunas buenas acciones de Imanol Garciandia desde los nueve metros y a una defensa más agresiva, pero los errores en momentos clave terminaron pasándoles factura.
El técnico Jordi Ribera intentó rotar al equipo para mantener la intensidad, pero la falta de experiencia de los jóvenes se hizo evidente en situaciones de alta presión. Por su parte, Brasil continuó desplegando un juego inteligente, aprovechando cada fallo español para ampliar la ventaja. Joel Rodrigues y Vinicios Lima, con varias acciones defensivas destacadas, fue un muro que los españoles no lograron superar.
En los minutos finales, con el marcador ya inclinado a favor de Brasil, ambos equipos bajaron ligeramente la intensidad. España luchó hasta el final, buscando cerrar su participación con dignidad, pero la solidez de Brasil y la falta de puntería española sellaron el partido con un resultado de 25-26 a favor de los sudamericanos.
Ficha técnica
España 25 (13+12): Sergey Hernández; Carlos Álvarez (2), Garciandia (3), Sánchez-Migallón (-), Barrufet (3), Gurri (3) y Tarrafeta (-) -equipo inicial- Pérez de Vargas (ps), Casado (1), Alex Dujshebaev (-), Solé (-), Petar Cikusa (4), Serdio (-), Víctor Romero (4), Dani Fernández (2, 1p) y Djordje Cikusa (3)
Brasil 26 (14+12): Mateus Cristian; Marcos Antonio (1), Gustavo Rodrigues (1), Denys Alessandro (3), Bryan Monte (5), Joel Felipe (3) y Edney Silva (2) -equipo inicial- Rangel Luan (ps), Leandro Alves (-), Langaro (1), Renan Iziquiel (-), Vinicios Angelo (2), Hackbarth (6, 5p), Santista (1), Acacio Marques (1) y Dupoux (-)
Marcador cada cinco minutos: 1-2, 3-4, 4-8, 6-9, 10-11 y 13-14 (Descanso) 15-15, 17-18, 18-21, 22-22, 22-24 y 25-26 (Final)
Arbitros: Lah y Sok (SLO). Excluyeron por dos minutos a Sánchez-Migallón (2) por España; y a Renan Iziquiel, Bryan Monte y Santista por Brasil.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la tercera jornada del grupo III de la segunda fase del Mundial de Croacia, Dinamarca y Noruega, disputado en el Unity Arena de Oslo ante 4.878 espectadores.
Un Mundial de crecimiento para los españoles
La derrota dejó a España en la penúltima posición del grupo de la Main Round, superando únicamente a Chile. Para los Hispanos, el Mundial ha sido un torneo para olvidar, marcado por irregularidades, falta de eficacia en los momentos decisivos y un nivel de juego ofensivo diferente al que nos han acostumbrado. Jordi Ribera, consciente de la necesidad de seguir creciendo, ha apostado en este partido por dar minutos a los jóvenes, aunque por el momento los resultados aún no acompañan a esta nueva generación.
A pesar de las dificultades, el seleccionador ha sabido destacar el esfuerzo de los jugadores menos experimentados, que dieron la cara en un partido complicado. Esto es un paso más en su formación. Ahora toca reflexionar y construir para el futuro prometedor que sin duda liderará Ribera. Por su parte el presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), José Manuel Rodríguez Uribes, ha mostrado su respaldo al equipo nacional de balonmano tras su participación en el Mundial. Destacó el potencial de la selección, describiéndola como un conjunto "joven, lleno de talento y con mucho futuro por delante".
Rodríguez Uribes sugirió que la experiencia vivida por los "Hispanos" en Oslo será una oportunidad de aprendizaje y mejora para el equipo, valorando positivamente el desarrollo y las perspectivas de la selección española de balonmano.
Mérito de Brasil y Perspectiva de Futuro
Por otro lado, Brasil sigue mostrando un nivel de juego que les convierte en un rival peligroso para cualquier selección. Su clasificación a los cuartos de final es más que merecida, y su capacidad para combinar juventud y experiencia les convierte en un equipo equilibrado y con grandes aspiraciones en este Mundial.
Para España, el futuro pasa por trabajar en la cohesión del grupo y en la formación de los jóvenes talentos. Aunque este Mundial ha sido una decepción, queda claro que la renovación es necesaria y que estos partidos sirven para construir la base de un equipo competitivo de cara a futuros torneos.
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